-- ¡Tengo hambre Oso! (me dijo).
-- Bueno, vamos a hacer ese café con leche con espuma que tanto nos gusta. Total, nos sobra el tiempo.
-- Manos a la obra.
Mientras batía el café me asomé por la ventana que da al fondo del patio. Esa imagen me disparó algunos recuerdos. Entre ellos, aquella vez cuando hice una quinta. Sí, un alto proyecto de horticultura independiente en donde sembré acelga, tomate, zanahoria, sandía, perejil, orégano, lechuga (mantecosa y morada) y zapallos calabaza y de tronco.
Suspiré.
-- Hagamoslo otra vez Oso. (me dijo)
-- Es mucho trabajo.
-- Pero podemos sembrar menos cantidad. Algo más tranqui.
-- Me estás convenciendo.
-- ¿Te acordás lo rica que quedaban esas ensaladas? No faltaba nunca en los asados.
Del café sólo quedaba la borra. Solté la taza y me puse a trabajar con los siguientes elementos.
Primero hice lo más duro: di vuelta la tierra con la pala de punta. Como se me quebró, no me quedó otra que seguir con la ancha (grrrr).
Una vez que terminé me di cuenta de que mis perros podían llegar a pisotear y a escarbar la producción. Entonces procedí a quebrar y agujerear unos pedazos de madera que pertenecían a una cortina de enrrollar. Los clavé en la tierra y les pasé un hilo amarillo através de cada uno.
La siembra fue lo más sencillo. Dividí el terreno en cuatro cuadros (almácigos le dicen los que saben) en donde heché las semillas de perejil, orégano, lechuga mantecosa y morada. Después rastrillé suavemente de aquí para allá.
Con los tomates fue distinto. Hice once pozos de no más de 15 centímetros de profundidad y ahí enterré las raíces de los plantines.
Regué una hora antes del mediodía.
-- Trabajo cumplido Oso.
-- Sonreí.
Ahora sólo queda regar una o dos veces por día y esperar. Calculo que para mediados o fines de enero voy a poder cosechar. Tendrán más noticias en ese lapso.
9 comentarios:
Qué conciencia hincha bolas, te hace trabajar!. Por eso nunca le doy bola a la mía. Igual cuando de sus frutos le vas a agradecer.
Sí, es lo más hincha pelotas que hay. Vivo reprimiendo, pero hoy me levanté temprano y le di un respiro.
Cuando salgan los tomates y la lechuga te invito un asadito con ensalada.
Oso, me has impresionado con tu voluntad.
Se me ocurren dos frases de la sabiduria popular que van con la ocasión:
cosecharás lo que has sembrado.
y la otra es esa que dice que hay que plantar un arbol, tener un hijo y escrbir un libro.
En su versión bahiense/devaluada seria: plantar lechuga, ponerlo, y escrbir en un blog.
Palmas para usted, don Oso.
Jimmy: espero cosechar algo aunque sea.
Cuando ya esté lista la producción usted también será invitado al asado. Con ensalada, claro.
Oso: déjese de embromar, hippie apestoso. Si al menos hubiera plantado alguna plantita EN SERIO...
Muy buen título el del post, eso sí.
AEZ: epa! si hubiera plantado la plantita EN SERIO ahí sí sería un hippie apestoso. O un Rasta Reggae.
Ahora que lo pienso bien, no estaría mal tener una de esas al fondo. Dicen que hay que mearlas.
Con respecto al título, estaba en duda con ponerle "Quinta al fondo". Pero bueh, ¿a usted cuál le parece? Su opinión es autorizada.
PD: El primer tomate se va a llamar Abelito y vamos a seguir su crecimiento en este blog. Y será hincha de River.
AEZ: es el tercer invitado al banquete. Llevá Malbec.
OK. Pero tiene que haber carne. También femenina pero no vaca, ¿me interpreta? Y a usted le llevo un malbec; si no se ofende, yo le entro a un cabernet.
PD: si usted le pone "Abelito" a un tomate, yo le pongo "Franquito" al lampazo que usa mi abuela La Tipa.
AEZ: Trato hecho. Si das vuelta un lampazo se parece a Bob Marley con olor a kerosene. Groso.
Va a haber de todo. Traé las semillas EN SERIO.
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