31 diciembre, 2010
24 diciembre, 2010
20 diciembre, 2010
Cucu
Ya no me saludan, ayer,
en un festival de poesía me los encontré a todos, cuántos días sin verlos,
poetas peronistas del 90, buenos muchachos...
admiradores de la Montaña Mágica, de la credibilidad
de la realidad que se
rompe.
Qué alegría de verlos... están frente a mí,
qué sensación, están todos los cerebros lúcidos
de la vieja patria peronista y montonera
que sólo existe en un par de versos prodigiosos...
Es otoño, muchachos, salgan a las calles.
Una alegría de verlos, gran emoción
pensé en abrazarlos...
Mas mi amigos peronistas ni un “hola”,
yo andaba como siempre pensando en mis hijos
con mi compañera cartonera hablándole a gente de Gonzalo Millán,
de la importancia para el mundo que tiene la alegría de La Casa de Cartón,
Martín Adán...
para el mundo del Instituto Goethe del centro de la Ciudad...
Ayer, con mis amigos peronistas
comíamos pizzas,
jugábamos al fútbol, hablábamos de poesía, la mente burguesa
no inundaba la esfera de las atrocidades
¿qué fue de los crecimientos libres, de las estéticas liberadoras?
¿Qué fue, dónde carajo está la poesía del futuro que cambiaría
el mundo? ¿Qué hacen con la cabeza llena de formalidades, vanguardias y retaguardias?
Siguen envueltos en la seda de la poesía igual que en un capullo...
subnormales, 30 % de hombres, Fidel los hubiera colgado a todos...
tendidos humildemente para que el capitalismo se los culee.
Ángeles guardianes de la esfera del oro,
practicantes de la mejor poesía,
ya ni me ven,
ni me saludan, ayer, nomás,
pensar que me querían tanto,
y yo sigo siendo aquél
que ayer nomás decía
el canto azul y la canción profana
ayer...
hoy, soy invisible,
les gritó “¡Oa, muchachos, mírenme!”
¡Es otoño, muchachos!
Acá estoy, mírenme
trabajo cada día más,
mis amigos peronistas se volvieron viejos y panzudos,
hasta pelados, a mí no me llegará la vejez a los 45 años y pelado,
jamás la vejez me llegará pelado, sino con canas blancas, pero jamás pelado,
y qué exito
tendré con las mujeres: Imaginensé:
un negro con una cabellera blanca.
Completamente blanco.
Mis amigos peronistas, ex admiradores de montos, porque montos no pudieron ser,
no les daba el cuero, tenían cinco años.
Pero disfrutaron de la década del 90 más que cualquier monto,
de las putas dominicanas,
Brasil, los viajes a la Conchinchina...
La pasaron bien.
Mis amigos peronistas ya no son más amigos míos,
comentan del cartonerío como una mala salida, se volvieron viejos,
ya no pueden correr una pelota,
están pelados y panzones...
... Yo tengo la necesidad... de comprar...:
cuatro prestobarbas por semana,
voy 3 veces al mes al peluquero...
Soy el lobizón en un mundo de finlandeses...
¡Es otoño, muchachos salgan a la calle,
no me hablen más de rimas!
Este poema es para que quede bien en claro...
qué es el peronismo... peronismo, sagrada palabra...
Mis amigos peronistas tienen el peor concepto del peronismo,
creen que el peronismo es la interpretación,
la intelectualidad burguesa,
muchachos, viejos del orto, el peronismo es juventud...
no se puede ser peronista sin ser joven.
Regla número 1:
En el viejo y revolucionario Partido
no se aceptan viejos chotos pelados
pálidos sin vida. E incapaces de
agarrar una pala, poner agua en un termo.
Regla número 2:
El Viejo Partido, no acepta
poetas sicoanalizados...
El sicoanalista del pueblo es Juan Perón...
El antiquísimo Partido no se encontrará nunca
con los grandes poetas peronistas de este país.
No aplasta el culo a la silla diez horas por día.
Yo aplasto el culo diez horas y otras 20 corro, corto, cojo, boxeo y escribo poemas a favor de mis amigos peronistas.
Mi día tiene 40 horas.
Mi día no se acaba nunca, no conoce la oscuridad,
en él retumba la cumbia... como en mi corazón...
Además tengo dos hijos y hermanos, compañeros del trabajo,
y tengo dos mujeres de este pueblo, ellas no escriben versos,
no pierden el tiempo en reuniones de poetas o presentaciones de libros,
mis dos mujeres trabajan cada día,
ellas son el triunfo final, de sus vientres saldrán
las personas que harán olvidar a estos viejos chotos,
pelados del orto, ellas están de parte de la vida, son la vida,
me dan vida y retoños hasta que cumpla 80 años.
Mis amigos peronistas, burgueses subsidiados por sus padres o el estado,
o la renta, hijos de políticos, de profesores, de ex montos que ahora tienen empresas, el zorzal llama a los montos,
el monto llamo al mono
pero el mono se ha independizado
ahora lee y escribe y certifica
“no se hace llamar peronista”.
Dice el burgués horrendo, cerdo acodado en los medios del Poder:
“Están envueltos en la red de la poesía, igual que en un capullo”.
Yo agregaría, de estos judíos saldrá el monstruo o mariposa,
palidez y panz
15 diciembre, 2010
11 diciembre, 2010
La superficie
-Hace unos 15 años, mucho antes de que nacieras, caía agua del cielo. Le decíamos lluvia, y esa lluvia hacía que podamos vivir en la superficie. Cuando dejó de llover, la sequía terminó con todo. Nadie pudo prever el desastre.
-¿Vivían en la superficie y no se quemaban con el sol?
-No, antes podías estar horas al sol. Salía a la mañana, a eso le decíamos día, y cuando se ocultaba era la noche. El sol y la lluvia eran fundamentales para producir alimentos. El Goo no existía, comíamos animales y vegetales.
-Puaj. Contame de cuando lo conociste a Pereti.
-Las tormentas comenzaron en el 2010, el país en que vivíamos se llamaba Argentina, y la ciudad Bahía Blanca, estaba a unos 60 kilómetros de acá...
-¿Otra vez querés que te cuente la historia de Pereti?
-Sí.
-Te cuento de la tormenta, como se construyó este refugio, como sobrevivimos…
-Mejor contame cómo conociste a Pereti.
-Está bien, Pereti siempre estaba solo…
En medio del océano, estaba completamente solo. Joe Pereti. Abajo, el Goo. El alimento perfecto. Todo el día juntando estos bichos de mierda. Los cosechadores cobraban 530 dólares por turno. Más de lo que ganaba un ingeniero. Porque, la verdad, ¿Para qué sirve un ingeniero acá abajo?.
III
-Pereti había sido pescador en el puerto de Ingeniero White...
-¿Un puerto? ¿Y a dónde se lo llevaron?
-No se lo llevaron a ningún lado. Antes los puertos no flotaban, estaban construidos sobre la superficie y servían para recibir a los barcos, cargarlos y descargarlos.
-¿Y que pasó?
-Casi no quedó nada de todo eso, ruinas. La sequía aniquiló todo. Cuando la tormenta del 2015 terminó con la vida en la superficie, sólo quedamos los constructores de los refugios y los recolectores, que ya estábamos viviendo abajo.
Pereti había sido pescador. El mejor. Incluso cuando la pesca había mermado muchísimo en la ría, él salía y sacaba. Siempre sacaba. Por eso, para Pereti recolectar Goo era tan sencillo que hacía el trabajo de tres jornadas en una sola. En parte por su habilidad y en parte, también, porque no seguía todos los protocolos.
El Goo recién sacado del mar era altamente tóxico. Surgió de una extraña mutación del plancton por la radiación solar extrema y se convirtió en la materia prima para elaborar el alimento universal que salvó a los humanos de la extinción total. Y no solo los salvó, si no que los hizo inmunes a casi todas las enfermedades y alargó la expectativa de vida 50 años. Pereti tenía 105 cuando ocurrió el incidente.
IV
10 diciembre, 2010
Digresiones sobre un cuento de ciencia ficción que leí cuando vivía en la superficie - parte IV
Digresiones sobre un cuento de ciencia ficción que leí cuando vivía en la superficie
-Pereti había sido pescador en el puerto de Ingeniero White...
-¿Un puerto en White? ¿Y a dónde se lo llevaron?
-No se lo llevaron a ningún lado. Antes los puertos no flotaban, estaban construidos sobre la superficie y servían para recibir a los barcos, cargarlos y descargarlos.
-¿Y que pasó?
-Casi no quedó nada de todo eso, ruinas. La sequía aniquiló todo. Cuando la tormenta del 2015 terminó con la vida en la superficie, sólo quedamos los constructores de los refugios y los recolectores, que ya estábamos viviendo abajo.
Pereti había sido pescador. El mejor. Incluso cuando la pesca había mermado muchísimo en la ría, él salía y sacaba. Siempre sacaba. Por eso, para Pereti recolectar Goo era tan sencillo que hacía el trabajo de tres jornadas en una sola. En parte por su habilidad y en parte, también, porque no seguía todos los protocolos.
El Goo recién sacado del mar era altamente tóxico. Surgió de una extraña mutación del plancton por la radiación solar extrema y se convirtió en la materia prima para elaborar el alimento universal que salvó a los humanos de la extinción total. Y no solo los salvó, si no que los hizo inmunes a casi todas las enfermedades y alargó la expectativa de vida 50 años. Pereti tenía 105 cuando ocurrió el incidente.
Parte II
-Empezó como una tormenta normal, hacía meses que la ciudad estaba tapada de tierra. La gente sólo salía de la casa a buscar su ración agua. La emergencia era extrema en todo el mundo, pero nunca nadie pensó…
-¿Cuándo lo conociste a Pereti?
-¿Otra vez querés que te cuente la historia de Pereti?
-Sí.
-Te cuento de la tormenta, como se construyó este refugio, como sobrevivimos…
-Mejor contame cómo conociste a Pereti.
-Está bien, Pereti siempre estaba solo…
En medio del océano, estaba completamente solo. Joe Pereti. Abajo el Goo. El alimento perfecto. Todo el día juntando estos bichos de mierda. Los cosechadores cobraban 530 dólares por turno. Más de lo que ganaba un ingeniero. Porque, la verdad, ¿Para qué sirve un ingeniero acá abajo? Pereti se dio cuenta antes que todos.
Parte I
-Lo que pasó fue mucho, mucho peor que una sequía.
-¿Qué es una sequía?
-Hace unos 15 años, mucho antes de que nacieras, caía agua del cielo. Le decíamos lluvia, y esa lluvia hacía que podamos vivir en la superficie. Cuando dejó de llover, la sequía terminó con todo. Nadie pudo prever el desastre.
-¿Vivían en la superficie y no se quemaban con el sol?
-No, antes podías estar horas al sol. Salía a la mañana, a eso le decíamos día, y cuando se ocultaba era la noche. El sol y la lluvia eran fundamentales para producir alimentos. El Goo no existía, comíamos animales y vegetales.
-Puaj, ¿Cuándo lo conociste a Pereti?
-La tormenta fue en el 2010, el país en que vivíamos se llamaba Argentina, y la ciudad Bahía Blanca, estaba a unos 60 kilómetros de acá...
07 diciembre, 2010
03 diciembre, 2010
El poema de la década
Escrito entre 1999 y 2000, este poema del libro Poesía cilvil de Sergio Raimondi anticipa el hecho económico, político y cultural que abriría la puerta de salida a la profunda crisis argentina: el giro chino que, dejando de lado premisas culturales milenarias, se propone tener una agricultura más eficiente. Esa determinación cambiaba por entonces el paisaje portuario de Ingeniero White, y Sergio escribía esto:
Cargill & Pound
Según el Financial Times, China estaría dispuesta