- ¿tenés miedo todavía?
- no sé, dejame de joder
- ¿tenés encendedor?
- no
- ¿linterna...?
- ... ¿mestás cargando?
- ¿qué hacemos entonces?
- te podés callar un minuto
....
- ¿escuchaste?
- no
- sí, escuchaste, ¡¿serán ratas?!
- en la cabeza tenés ratas, idiota
- bueno no me trates así...
- salí, no me toqués
...
- ¿y por qué llorás ahora?
- tengo miedo
- ¿todavía?
- sí, todavía, me podés decir cómo vamos a salir de acá
- yo qué sé... a ver, buscá algo para prender que tengo un encendedor
- ¿qué querés que busque?
- no sé, ya me tenés repodrido, ¿querés que nos coman las ratas?
- callate... no ves cómo sos. Vamos a tranquilizarnos... ¿de qué te reís, tarado? si vos también estás nervioso
- dame algo para encender, apurate
- un carajo te doy, ¿quién nos trajo acá? ¡Eh! ¿quién mierda nos trajo?
- estate segura de que acá no nos van a encontrar... ¿encontraste algo para hacer fuego? mirá, hay un pedazo de madera, dame tela
- ¿y de dónde querés que la saque?
- de la ropa, de donde vaser
...
- ahí está mejor, ves, con esta luz vamos a encontrar por donde salir
- ¿y si todavía están afuera?
...
- parece que se van...
- Shhhhh... sí, se fueron, dame un abrazo, no llorés
- ¿qué pasa?
- apagá la antorcha
- ¿por?
Con un ruido muy intenso las balas de ametralladora atravesaron de lado a lado y de arriba abajo el galpón.
- ¿estás bien?
- si.
Después el sótano.
1 comentario:
Este cuentito tiene tantos años...
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