Misteriosa Bahía Blanca XVI
Noche de viernes. Noche de verano. Noche ideal para la fiesta del Midget. Las máquinas están desde temprano en boxes: las preparan para pisar la tierra; trasmitir al piso la energía generada cuando se libera el embriague: provocar la comunión hombre-máquina-tierra. La tierra gastada, mojada, removida. Hacerle morder el barro al que queda atrás.
En un minuto y medio se corre una serie, pero la carrera se define en pocos segundos. Las tribunas están repletas de gente que quiere ver a los más de setenta pilotos que salen a girar, a romper parrillas, amortiguadores, perder ruedas, morder el barro y volcar; que quiere ver a los diez o veinte pilotos que saben que siempre llegan. Saben que llegan, pero a veces no; a veces la tierra se suelta, la rueda muerde el montón y termina contra el paredón, en la primera curva.
Accidentes, choripán, asado abajo de la tribuna, ruido de motores. Horas de espera, a cambio de unos segundos de adrenalina.
Sucedió durante una noche de viernes, de verano. La gente de la ciudad, de la zona, llenó las tribunas, llegó temprano para irse tardísimo. Todo por unos segundos de adrenalina. Ser parte de la fiesta. Ya no hay autos feos, los noventa Midgets le ponían color a la tierra mojada. En las tribunas había risas, cargadas, radios, mp3, celulares, gorras, banderas. Madres, hermanas, chicos, familias. Estaban todos.
Estaban todos cuando del cielo cayó una bola de fuego. No se sabe de dónde vino, no se pudo prever. Por unos segundos el cielo se iluminó. Unos segundos de adrenalina y después un pequeño sol explotó en el medio del óvalo. Tiñó todo de fuego. Nada ni nadie se salvó. Todos terminaron carbonizados, hechos polvo negro, mezclados con la tierra mojada, movida, y el barro.
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3 comentarios:
"Pero para el viernes siguiente la Asociación Midgistas del Sur ya había hecho otra pista, y tuve que quedarme otra vez hasta la 1 para meter los putos resultados en lanueva.com."
Primero: ¡qué final aguafiestas!
y segundo, todos los dirigenntes están carbonizados, todos los autos y los pilotos carbonizados, todos los periodistas carbonizados. imposible que vuelva jamás.
Genial final.
aguante el apocalipsis.
fin
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