15 enero, 2009

El fin del amor (segunda parte)

Leer parte I
Misteriosa Bahía Blanca IV

Cuando la novia lo dejó abruptamente, Martín sufrió una combinación de ira y comportamientos compulsivos.

Al otro día la esperó y la siguió. Ella salía de cursar en la Universidad a las seis. Seis y diez ya estaba arriba de la bicicleta andando por Alem como saliendo de Bahía. Martín iba en moto así que le dio una cuadra de ventaja. ¿A dónde vas? A lo del pelotudo de Gabriel, o a lo de Nacho, que siempre te miraba las tetas… ¿eh? ¿a dónde mierda vas? La ex seguía pedaleando derecho por Alem, cada vez se alejaba más. A la altura del 4.000, casi llegando a la ruta se metió en un descampado. Martín ya no pensaba nada, estaba desconcertado. Anochecía, apuró la moto para alcanzarla.

Desde la calle vio una escena espantosa. La ex se acercó a una casa blanca, golpeó la puerta de madera medio desvencijada y esperó. El tipo que abrió era grandote, muy grandote. Estaba en cuero con un jean sucio. Era panzón y peludo. Tenía una cabeza tan grande que parecía que le iba a explotar, los ojos eran oscuros. De la pelada le caían gotas de transpiración que brillaban por la luz de la entrada. Extendió su mano de gorila como diciendo pasá y ella sin decir una palabra, casi sin mirarlo, entró.

Tenía que saber qué estaba pasando. Se acerco a la casa. Se agachó contra l
a pared para espiar por la ventana. No lo podía creer. Era la peor película porno que había visto en su vida. No había placer, era todo sadismo. Conoció partes del cuerpo de su novia que nunca había visto antes. Cuando llegaron las escenas escatológicas dijo basta. No pudo ver más. Martín estaba en un aprieto, sentía una furia incontenible, pero si lo agarraba ese ogro lo destrozaba. Vuelvo mañana y lo mato. Vuelvo mañana con palo y una cadena y lo mato. Pensó.

Al otro día regresó y en donde estaba la casa encontró un caballo que parecía una vaca.
Intentó seguirla otra vez pero ella nunca más volvió. En Bahía Blanca hay una casa sin lugar ni tiempo que sólo aparece cuando la necesitan. Que les quita a las mujeres hasta el más mínimo resto de amor que puedan tener en el cuerpo. Una casa en la que un gordo gigante y peludo somete sexualmente a nuestras ex novias.

Foto Jimmy Chaban

Leer Misteriosa Bahía Blnaca I, II, y III

2 comentarios:

Jimmy Chaban dijo...

¡Bravo!

Anónimo dijo...

BUENÍSIMO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!