29 enero, 2008

Por usura...

En "El escritor como lector", el texto que compartió en estas jornadas, retoma el tema y habla incluso del dinero como "una máquina metafórica"...

Sí, allí me centro en Witold Gombrowicz, escritor polaco que vivió y escribió en Buenos Aires, quien a partir de su conferencia "Contra los poetas", dictada en la librería Fray Mocho en 1947, consigue trabajo porque el director del banco polaco está entre el público y lo escucha. Eso le permite salir de la indigencia y escribir mientras trabaja en el banco, en secreto, Transatlántico, su segunda novela. El dinero es un sistema de intercambios, una máquina metafórica que se convierte en otras cosas: tiempo libre, música o una novela... Por eso me pareció interesante reflexionar sobre la preocupación por el dinero y su incidencia en la obra de algunos autores. Joyce, por ejemplo, establecía una conexión entre derroche y creatividad. Era conocido por sus propinas desmesuradas y cuando Nora, su mujer, se lo recriminaba, él sostenía que eso tenía una relación necesaria con lo que estaba escribiendo: el Finnegan's Wake. Pound, en cambio, estaba obsesionado con la usura y creo que quizá pueda relacionarse con su idea de que el despojamiento era el valor literario supremo.

Entrevista de Raquel Garzón a Ricardo Piglia publicada en Ñ. Leer completa

19 enero, 2008

De vuelta en bahía

Acá estamos de nuevo. En la barra de video les puse a un groso total, Zambayonny
con algunos de sus hits.

Para mayor calidad de video entren a la página oficial (recomiendo fervientemente "La incogible")


Además en La habitación de Antígona
vió la luz el capítulo VI

15 enero, 2008

A quién le importa?

Volviendo al tema de la literatura argentina (y podría decirse que también de cualquier otra parte), me parece que la cuestión es que hoy, después de algunos siglos de primacía, desde los 80 o 90 la literatura ha dejado de ser la brújula de la cultura de la época y se ha transformado en una de las tantas manifestaciones culturales que hay, pero ya sin ser el centro del sentido.

Y eso sí es un signo histórico que se va manifestando cada vez con más claridad. No se trata de que Amis, Ishiguro y Roth (o Murakami o Houelebecq, o quien quieras de los que hoy están en plena producción) sean inferiores a Joyce, Proust, Borges o Kafka (o Svevo o Faulkner o Sartre –el literato–, o Nabokov, por nombrar algunos pocos nombres de los “grandes” en serio), sino que cuando esos grandes escribían la literatura era un apuesta central del sentido del mundo. Hoy a nadie le importa que está escribiendo Lemebel o Guillermo Martínez (para poner dos opciones extremas, pero poné el nombre intermedio que quieras). Salvo a los editores de los suples, a los autores de los blogs de comentario literario, a los compiladores de antologías y a los profesores de letras (es decir, unas mil personas en todo el país), la literatura contemporánea no le mueve un pelo a nadie.

Una breve discución que surgió del comentario de Daniel Molina en Hotel Tomas

10 enero, 2008

Poesía

Interesante nota sobre poesía en el adñ

Modelo para armar


Detrás de casi todas las editoriales de poesía hay autores deseosos de mostrar su obra y la obra de sus contemporáneos. En Huesos de Jibia, el citado Cassara; en Siesta, Santiago Llach y Marina Mariasch; en Gog y Magog, Laura Lobov, Miguel Ángel Petrecca y Julia Sarachu; en Sigamos enamoradas, Cecilia Romano, Mercedes Araujo y Marina Serrano. Los ejemplos son muchos, y casi todos explotan también formas de difusión "satélite", como los blogs y los recitales. Un caso emblemático es el de la editorial VOX. Comandada por Gustavo López, fue creada en Bahía Blanca en 1998, momento de auge de la llamada poesía de los 90. "No concebimos a VOX como una editorial sino más bien como un proyecto cultural que trabaja para la poesía -dice López-. Este proyecto incluye ciclos de recitales, seminarios y talleres, trabajo crítico, participación en ferias, traducciones y edición de una publicación digital. Dentro de esta estrategia, entendemos que los libros especiales, pero que a la vez sean de bajo costo, son los ideales para atraer un poco más al lector". Los libros de VOX son como mamushkas. Para llegar al texto hay que abrir cajitas y correr piolines, y siempre vienen acompañados de señaladores, posavasos y varios etcéteras. "Con el diseñador Carlos Mux jugamos a hacer libros. A veces, desde un enfoque casi infantil, buscamos que los diseños nos gusten. Nunca perdemos de vista un gesto de amabilidad con el lector", cuenta López. VOX surgió a la par de Siesta y las ediciones de Belleza y Felicidad a mediados de la década pasada, empujada por una camada de poetas jóvenes que no tenían lugar para mostrar su producción en las editoriales mainstream. Había entonces una cierta efervescencia poética que coincidió con el abaratamiento de las tecnologías del libro y el inicio del apogeo del diseño como disciplina. Para Belleza y Felicidad, que repartía hojitas fotocopiadas, la premisa parecía ser "distribuir como sea". Poco después la siguió la editorial Eloísa Cartonera, "el pos-diseño, el anti-diseño, el libro barato y accesible", en palabras de Llach.

Leela completa acá

Por María Eugenia García
Para LA NACION

La habitación de antígona

Comienza una historia, un taller de trabajo abierto a los lectores...


www.taller-antigona.blogspot.com

04 enero, 2008

La competencia por el liderazgo cultural

Hace cuatro años nacía Ñ, el suplemento de Clarín que prometía la difusión masiva de temas no tan masivos. El desafío era doble. Por un lado, superaba su propia apuesta al editar una revista cultural que se vendía de manera independiente del diario. Por el otro, debía competir con un suplemento ya instalado y con personalidad propia, como Radar (de Página /12) que por ese entonces ya había cumplido su sexto aniversario.
Dos años atrás, el suplemento del diario Perfil aparecía como una apuesta cultural en la que lo generacional tenía un peso importante: le otorgaba un protagonismo casi absoluto a los más jóvenes, tanto escritores como periodistas. Hace sólo cuatro meses, el diario La Nación salió al ruedo cultural con Adn, un suplemento que, desde antes de su aparición, parecía destinado a posicionarse como el mayor competidor de Ñ y cuyo lanzamiento generó inusitadas expectativas. ¿Las nuevas publicaciones influyen de alguna manera en los suplementos que ya han conquistado un espacio propio o la oferta cultural se rige por leyes diferentes que hacen que tales suplementos logren consolidarse a fuerza de mantener un perfil definido, un carácter insular remiso a la competencia?

Leé la nota completa de la Revista Noticias, por
Mónica López Ocón