Misteriosa Bahia Blanca XIV - ver primera parte
No podía salir. No estaba nervioso, tenía sueño, tarde o temprano alguien entraría a la sala y le pediría ayuda, pensaba mientras miraba como la noche se hacía más clara. El cansancio le ganó a la incertidunbre y se quedó dormido en la silla de madera.
Cuando entró a su casa estaba toda la familia esperándolo. Lo abrazaban, lo besaban como si hubiera vuelto de un naufragio. El quería hablar, quería explicarles pero no le salía la voz. Esa no era su casa. Hace años que él ya no vivía más en esa casa. Desde la pieza de la infancia se escuchaba ruido de tambores, se acercó, abrió la puerta: se despertó.
Había un ensayo en marcha. Se asomó a la sala aliviado. ¡Hey! ¡Acá, señor, acá! ¡Necesito ayuda! Me quedé encerrado. Gritó durante un par de minutos, como si fuera un fantasma. Su voz era un suspiro débil, nadie lo veía. Ahora sí tenía miedo. Llegó a pensar que estaba muerto.
Continúa
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