- Tengo que mear, pará acá-, dijo Kevin, asomando la cabeza entre los asientos delanteros.
- Aguantá a que lleguemos.
- Dale que yo también tengo ganas.
- Dale boludo.
Ricardo estacionó al costado de la ruta. No hacía frío. Se bajaron Enrique, Tomás y Kevin.
- Tené cuidado que hay ratas, te van a morder el bicho.
- Se van a morir de hambre con eso...
- Hijos de puta. Ojalá no cojan nunca más-, dijo Kevin, mientras sus amigos se reían.
- Vieron la llama esa, estos largan toda la porquería de noche para que no se vea.
- Nos vamos a morir todos...
- Aguantá a que lleguemos.
- Dale que yo también tengo ganas.
- Dale boludo.
Ricardo estacionó al costado de la ruta. No hacía frío. Se bajaron Enrique, Tomás y Kevin.
- Tené cuidado que hay ratas, te van a morder el bicho.
- Se van a morir de hambre con eso...
- Hijos de puta. Ojalá no cojan nunca más-, dijo Kevin, mientras sus amigos se reían.
- Vieron la llama esa, estos largan toda la porquería de noche para que no se vea.
- Nos vamos a morir todos...
Ricardo tocó bocina, giraron la cabeza. Un auto estacionó a sus espaldas y prendió las luces altas:
Los matados
-próximante-
(Ruiz-Chabán-Matías)
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