23 febrero, 2009

El infierno (última parte)

Misteriosa Bahía Blanca VIII - 1ª parte - 2ª parte

Un cartel de cartón pintado sobre la puerta decía: Pierde toda esperanza al atravesarme, eso lo había leído en algún otro lado… El eterno deseo sin esperanza. Ese era el castigo para los que soñaban despiertos. Pero yo esperaba otra cosa.

El primer tramo del infierno era cálido y brumoso. Al costado del camino me pareció ver dos leones panzones que dormían, siempre dormían, sentí las hojas de un árbol rozarme la cara. Con un leve golpecito el carrito cayó en el agua. Se tambaleaba de un lado a otro, cuando una mano negra se apoyó sobre mi hombro.


- Yo voy a ser tu guía en este viaje-, dijo con voz sorda un hombre alto, que vestía un traje negro pegado al cuerpo, con un esqueleto blanco dibujado. Se le veían los ojos marrones por los agujeritos de la máscara.


Pasamos por una gran arcada y el vagón encarriló nuevamente. El esqueleto sacó un termo y un mate, me ofreció uno. Lo miré sorprendido. De repente, delante de nosotros, un hombre grande salió de su casa y se sentó en una banquetita. El esqueleto lo saludó amablemente. Más adelante, otro viejo en camiseta, con los codos sobre el respaldo de la silla nos miraba fijamente. Tomé el primer mate.


Y así seguimos saludando ancianos. Descendimos al tercer círculo, el viejo de la banquetita, el de la silla al revés, el del escarbadientes, el que sentaba a la señora más atrás, el que escuchaba la radio, el que dormía. Una y otra vez, círculo tras círculo, rodeados de viejos que salían a la fresca y con el mate lavado.


El infierno era eso: dar la vuelta del perro. Antes de bajar del octavo círculo, el esqueleto me dejó. Yo no puedo salir, me dijo y se fue.


Ardiendo en su silla

el diablo

de Bahía Blanca


me miraba

y se reía.


Medía algo más

de diez centímetros.


Salía fuego de sus genitales.





El carrito dio un golpe, chocó con unas planchas de plástico negras que se abrieron, tuve que cerrar los ojos por la luz, cuando los abrí era de día y había una larga fila de chicos esperando para subir al infierno.


(Fotos de Jimmy Chaban)

Fin

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3 comentarios:

Emmanuel dijo...

"Una y otra vez, círculo tras círculo, rodeados de viejos que salían a la fresca y con el mate lavado"

muy bueno matias

las fotos de jimmy me recuerdan a una pelicula de terror que vi una vez en space, el antiguo


Emmanuel

AEZ dijo...

Dos o tres ecos dantescos para disparar literariamente sobre una bahiensidad. Compro, compro, compro.

Matías dijo...

E: películas de terror en space! que buena época. El diabo de esa foto pronto estará entre nosotros.Gracias por pasar.

AEZ:te lo vendo entonces. Eso sí, es medio caro, tendrás que sacar un crédito. Lo vale. No me había dado cuenta pero el infierno quedó muy parecido a Vila Mitre.