13 noviembre, 2009

Texto para la presentación de "La Fábrica"

Actualizo con algunas fotos y este link, en donde se puede leer qué fue más o menos lo que pasó el viernes 13.




Para ser leído esta tarde, en un bar de la Colonia Santa María, de Coronel Suárez, en la presentación oficial del libro de Leandro Beier
.


Quería agradecer a Leandro, que me permite estar nuevamente en la Colonia presentando un libro suyo, otra vez en este bar, con todos ustedes. Antes de hablar del libro, creo que es indispensable destacar el compromiso que tiene Leandro con este lugar: más allá de la calidad de la propuesta y de la escritura, de su aporte a la historia de Santa María, yo no puedo dejar de hacer referencia al esfuerzo personal que hay detrás de este libro, el trabajo de campo realizado, entrevistando a los protagonistas de esta historia, haber tenido que leer los dos libros de Backchellian, el trabajo sobre la escritura como una intervención pública, la edición y finalmente este momento: la presentación. Que no es una mera reunión social, sino que es parte fundamental del proyecto, porque ustedes, Santa María, son el proyecto.

La Fábrica es un libro difícil de encasillar. Entre la historia, el periodismo y la literatura Leandro logró contar la fábrica Gatic Indular-Vulcabras dando cuenta de la complejidad que presenta amalgamar los materiales que componen el relato pasado, sin que estos pierdan su singularidad.

El pasado se puede pensar como relato: puede ser textual, oral, puede verse a través de imágenes, de lo que quedó en la memoria, de las experiencias de vida, puede ser el relato oficial escrito en papel prensa o puede intentar presentarse como una verdad absoluta.

En este sentido, la fábrica y su historia son inmensas. La componen una cantidad de discursos imposibles de reunir en un solo texto. Por eso, en este libro se hace un recorte. Los discursos que confluyen en La Fábrica son: la palabra del autor, las voces de los trabajadores, el testimonio personal del autor, la cobertura del diario local y en menor medida la versión de Backchellian. Es muy interesante ver como Leandro, la autoridad del texto, la voz que podría ponerse por encima de todos para elaborar el discurso objetivo de la Historia, se autoexcluye de ese rol y pone en el centro de la escena a la voz de los trabajadores. Pero no hace un fetiche de esa voz, porque sería un error correrse de un concepto de verdad absoluta, para inscribirse en otro: el de ensalzar la experiencia personal. Por eso, a pesar de darle prioridad a estas voces, también pone a prueba a los testimonios tanto en su montaje y disposición, como en las notas al pie y en el enfrentamiento con los titulares del diario.

Pienso que, en la aparición de reflexiones acerca de los modos de trabajo, la actuación sindical, recuerdos de la infancia del propio autor, en el fondo negro de tinta desperdiciada detrás de las tapas del diario, hasta en el diseño que interpreta el texto desde otro lenguaje, en todas estas cosas, se juega la visión del mundo como una totalidad. Una totalidad en donde las partes conviven en conflicto, que no está ni homogeneizada, ni fragmentada al extremo.

Este libro cuenta algo de la historia de Santa María. Pero ese recorte no cristaliza la historia, sino que abre a múltiples relatos. La Fábrica es un libro que sirve como herramienta para producir historia y así repensar el presente.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué grande Mat, qué buen momento. El agradecido soy yo, te pasaste otra vez.

no me quedan palabras. Fuerte abrazo.

Lea

AEZ dijo...

Ey, cuando se te pase la resaca contá cómo estuvo...

Matías dijo...

ahí puse un link que cuenta lo que pasó entre las 19 hs y las 22 hs. de ahí en adelante no recuerdo muy bien... tengo baches...

AEZ dijo...

Justo evitás contar la parte más interesante. Andáaaaaaaaaaa...

Anónimo dijo...

qué buen comentario mati!!!!!!!!!!!!!!!siempre pone´s luz en lo que te rodea!!!!!!!!!! Martina