En las tumbas de algunos faraones egipcios, como Tutankamón, se encontraron pinturas que lo muestran jugando al Senet contra un rival invisible. Al parecer, en la antigüedad creían que el futuro de su espíritu en el más allá dependía del resultado de esa partida.
El Senet es el juego más antiguo del que se tienen registros y un antecedente del actual Bakgammon -un juego ideal para llevarte a una isla como la de Lost-.
Las piezas verdes vendrían a ser las negras, las tablitas sirven de dados. El juego es una carrera a la redención. Para acceder primero tenés que pasar por la casilla del renacimiento (la g griega), transitar tu karma y desembocar en la casilla de la felicidad (la cruz). Si tus fichas no pueden cumplir con esos pasos quedan encerradas para siempre. La fuerza que saca todas las piezas del tablero gana.
¿Qué tiene que ver todo esto con la última temporada de Lost?
En la primera y en la quinta temporada hay alusiones al Bakgammon: en la primera aparece Locke explicándole el juego a Walt y en la quinta se ve un tablero en la casa de Jacob bajo la estatua. Locke y Jacob, justo.
Cuando terminó la quinta temporada vaticiné en este posteo una posible batalla entre el bien y el mal por dominar el karma de la isla, usando a los losties como fichas de un gran juego. Pero después de ver el cuarto capítulo de la sexta temporada quiero corregir esa teoría: quien está encerrado en su karma es el némesis de Jacob (el humo negro), quien no puede vencerlo en ese gran juego que se desata manipulando las voluntades de quienes son traidos a la isla.
Su partida, que duró siglos, posiblemente termine en mayo de 2010.
Pero los perdidos, en su paso por la isla, también limpiarán su destino. En esta realidad paralela, se los ve con el karma en paz:
[Hacé clic para agrandar la imagen y leer la remera de la novia de Locke]
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