31 octubre, 2008

Thompson en: La traición

En triángulo se ubican de la siguiente manera: en primer lugar, dándole la espalda a la puerta, está Thompson empuñando una 9 milímetros silenciada, sin el seguro. Tiene el dedo en el gatillo y apunta directo a la cabeza de ella. A su vez, ella está parada frente a Thompson con un revólver en la mano, generando una tensión donde el aire es como un bloque, casi no se mueve. El tercero en discordia es Momo, a la izquierda de él, a la derecha de ella. A simple vista se pueden sacar algunas conclusiones; observando la cara de Thompson se podría decir que un grave sentimiento de odio y rencor le martilla los ojos. Los dientes apretados como morsa son el sostén para no disparar. Sin embargo, estos sentimientos tan profundos no tendrían sentido si no fuera por las claras pruebas de adulterio que se observan: la cama está deshecha, los dos semidesnudos, en el cenicero un pucho de los que ella fuma, la cara relajada a pesar de las armas, los ojos, el Momo y la habitación sucia. Thompson está dispuesto a matarla por esto. Y si todavía no la mató es porque extrañamente ella también está armada y también lo apunta, como si lo hubiera esperado o tal vez, solamente, buenos reflejos, quién sabe.

Está desnuda y aunque hace mucho frío, no tiembla. No se le mueve un pelo. En su forma de agarrar el arma, en su cuerpo casi en llamas, hay miedo. El cajón de la mesa de luz está entreabierto. Unos minutos antes, ella fumaba sentada contra el respaldar de la cama, acababa de tener sexo con Momo y sufría en silencio por la vida que le tocaba. Dejó el pucho en el cenicero para respirar profundo. Se sintieron pasos en la escalera. Ella se incorporó para agudizar el oído.

Piel y pelos que se mueven. Ahora se ve, es una espalda, un cuerpo, dos cuerpos. Es Momo que dele que dele entra y sale, y ella que generalmente la pasa bien, hoy no tiene un buen día. Cuando Momo termina casi que se lo saca de encima, no habla, se prende un pucho.
En esa misma ciudad, en un lugar no muy lejano, suena el teléfono. Está con él, no tengo dudas, están en el hotel de las gárgolas. Thompson carga el arma, en su pasividad se denota que es capaz de todo. Momo le había dicho:

- Sé quién lo mató…
- Dale, hablá.
- Thompson
- Es mentira.
- Tengo todas las pruebas, Thompson lo mató.

Ella le terminó creyendo. Y ante la insistencia, accedió a tener sexo con él. Entró a la habitación con Momo, guardó el arma en el cajón de la mesita de luz y lo cerró. Se tiró en la cama con los ojos abiertos al techo. Thompson. Por un segundo se le cruzó la imagen de su novio, se levantó para ir al baño. Dejó el cajón entreabierto y se volvió a acostar. Thompson corre, no está lejos del hotel.


Entra muy agitado, no hay nadie en la recepción, igual ni se fija, ni le importa. Deja el pucho en el cenicero, respira profundo. Se sienten pasos en la escalera. Ella se incorpora para agudizar el oído.

Thompson sube la escalera corriendo y patea la puerta con el arma en la mano. Saltan los dos de la cama, ella toma el arma y en un segundo en triángulo se ubican de la siguiente manera: en primer lugar, dándole la espalda a la puerta, está Tompson empuñando una 9 milímetros silenciada, sin el seguro. Tiene el dedo en el gatillo y apunta directamente a la cabeza de ella. A su vez, ella está parada frente a Thompson, con un revólver en la mano, generando una tensión donde el aire es como un bloque, casi no se mueve. El tercero en discordia es Momo, a la izquierda de él, a la derecha de ella.
Se miran con sentimientos cruzados. La puerta se cierra sola y se escuchan dos disparos, uno con silenciador y otro que retumba en todo el pasillo. De la habitación sale corriendo Momo, baja la escalera a los saltos y cae antes de llegar a la puerta con un tiro en el pecho.

Algunos salen, otros se quedan en silencio, uno se esconde abajo de la cama. Los de los otros pisos intentan ver algo desde la escalera.

La mancha de sangre sale al pasillo, la puerta vuelve a cerrarse sola.



Dibujos por Jimmy Chabán.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me encanto todo textos y dibujos.....uuuuaaaahhhh!grasie

Matías dijo...

Bueno, gracias.