Según la canción infantil: el dragón pinta paisajes. Sus estilos multiformes son los modos de la vida, y los colores inigualables que emplea son las ideas con que los hombres pintan su mundo hasta aislarlo del mundo mismo: entonces comienzan los sueños. El dragón se levanta sobre los hombres, abre sus alas poderosas y alza vuelo como lo hace una idea, un deseo, el anhelo que abandona la humanidad en busca de más transparencia, de más simplicidad. Inmediatamente lo humano se recompone, vuelve a tender sus enlaces con plantas y animales, con los sucesos del clima y las alternancias de los días. El dragón se ha marchado, y es como si no hubiera sucedido nada. CESAR AIRA
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