“Feliz aquel que en su vida no ha probado el sabor del mal, pues cuando sacuden los dioses una casa, no hay furia que no persiga y alcance hasta el último de sus descendientes.”
Antígona es hija de Edipo, tiene tres hermanos, Ismena, Eteocles y Polinises. En resumidísimas cuentas, la tragedia cuenta cómo Antígona desobedece la orden del Rey (Creonte, su tío), para enterrar a uno de sus hermanos que debía quedar sin sepultura. Esta decisión le cuesta la vida.
Leí tres versiones de la tragedia de Antígona: la original de Sófocles, la Antígona Vélez de Leopoldo Marechal (en el secundario), y Antígona Furiosa de Griselda Gambaro. También está la de Jean Anouilh, pero esa no la conozco.
Aunque parezca una obviedad decirlo, todas estas versiones son obras de teatro, de las que sólo tuve a acceso al texto y nunca a la puesta en escena.
La de Marechal es autóctona, nacionalista y gaucha, traslada las peripecias de la tragedia de Sófocles a la pampa, sin mayor problematización de las tensiones humanas y políticas.
Griselda Gambaro, por el contrario, no traduce a este tiempo simplemente la estructura, sino que trae los problemas filosóficos. Se reducen los personajes a lo mínimo indispensable para contar la historia en retrospectiva. La obra empieza con Antígona muerta, bajándose de la soga. El destino trágico de Antígona es morir por el cumplimiento de la ley divina de enterrar a los muertos. Gambaro en su obra, pone en la voz Antígona el reclamo de las madres que no pudieron enterrar a sus hijos.
Me pongo a pensar en todo esto, porque la primera temporada del relato que comenzó hace unos meses en taller-antigona.blogspot.com, llamado La habitación de Antígona, está entrando en su tramo final. Acaba de terminar el cuarto acto y sólo quedan 10 capítulos, el desenlace.
Mi Antígona está muy lejos de las versiones que repasamos anteriormente, primero y principal porque no es una obra de teatro.
Antígona es una nena, que vive en una familia irreal, donde el único que tiene contacto con el exterior y con cada uno de los componentes de la familia es el padre. Los demás viven en mundos que casi no se relacionan entre si. Toda la historia transcurre a lo largo de un día, que empieza con la muerte de la abuela y culmina con la ceremonia del té.
¿Se puede hablar inocentemente de Antígona? Creo que esa era la idea. Poner al personaje trágico en relación a escritores, personajes literarios, televisivos, del cine y la música.
La idea está apoyada, sobre todo, en la exploración del nuevo formato: escribir en un blog. La obra no es sólo texto, sino que aparecen dibujos, pinturas, historietas, videos, links, y era necesario darle a la historia un contenido acorde a esas posibilidades.
Acá un resumen de los actos publicados hasta el momento, a manera de previamente en La habitación de Antígona...
Acto I
Es el día de la ceremonia del té, al parecer la abuela murió y quedó encerrada en su habitación. La madre de Antígona pinta unas telas para el recinto del té. Antígona se sienta a los pies del gran árbol donde viven las almas de amores fallidos y escucha la historia de Romeo vs. Romeo.
Acto II
Antígona va a pescar con su padre a un lago que no tiene peces. Tiran la red sin la intención de pescar. Aparece en escena Jorge. La mascota de Antígona, un pez ciego que sueña que está encerrado en un laberinto.
Acto III
Antígona tomó su libreta de notas, puso en un vaso a Jorge y salió a investigar lo único que su abuela no le había enseñado: la diferencia entre la vida y la muerte. Los hermanos, Eteocles y Polinises comienzan una lucha intensa sobre un tablero de Go. Jorge tiene la respuesta al misterio.
Acto IV
Finalmente Antígona descubre la diferencia entre la vida y la muerte. Se da cuenta que todos los personajes de su dibujito animado favorito, Remi el niño de nadie, están muertos, que sus amigos del árbol están muertos. Que su abuela está muerta. Sólo le resta descubrir quién la mató.
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