Imagen: diario Crítica
Anoche vi cómo los legisladores daban clases de historia argentina, nos contaban la etimología de la palabra "minga" (popularizada por De Angeli), nos relataban cuentos y anécdotas ilustrativas; vi cómo Saadi (indeciso hasta último momento) justificaba su voto en 4 minutos, cómo festejaban en las carpas K, cómo lo que queda de Menem se ponía más allá del bien y del mal, cómo Rodríguez Saa patinaba las errrrrrres y leía un libro sobre perón a las tres de la mañana, cómo el santiagueño Rached y su corbata rosa recibían mensajes, entraban y salían del recinto con el NO escrito en la frente, cómo Pichetto (el Jefe de la bancada oficialista) se desangraba ante Cobos al verse irremediablemente perdido... vi cómo Cobos asumía su responsabilidad (a las 4.20) con la voz y las manos temblorosas, cómo festejaban los del campo después de una victoria que parecía imposible, cómo coreaban el nombre de Cobos y pedían por De Angeli que no aparecía...
¿Dónde estaba el estandarte, el símbolo popular de la lucha, el espontáneo y carismático Alfredito?
Durante todas esas horas, De Angeli dormía como un angelito.
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