11 agosto, 2009

Cheque en blanco II

Escenas de los capítulos anteriores Neverland - La bestia -Cheque en blanco
Dibujos: Jimmy Chaban


-… el pibe armaba una súper fiesta en su casa y después lo venía a buscar el FBI porque el cheque era de un mafioso, creo -, dijo Kevin.

-También salió la de Ricky Ricón por esa época ¿no?
-Actuaba Macaulay Kulkin.
-¿En Cheque en Blanco?

-No, en Ricky Ricon.
-Ves –siguió Tomás -ahí tenés un ejemplo de lo que digo: Richy Ricón tenía todo, era multimillonario, pero a él no lo quería nadie. No iba a la escuela, no tenía amigos, and
aba siempre con el chofer y con el perro Dólar.
-Era un niño rico triste; eso no tiene nada que ver con el trabajo -justificó Enrique.
-Dejate de joder –se quejó Ricardo –“Chicos ricos tristes”, hay que matarlos a todos. Tristes están los que no tienen para comer, los que no tienen familia.
-¿Qué es eso de los ricos tristes? –preguntó Tomás que no quería quedarse afuera de la conversación.
-Las familias que tienen mucha plata tienen poder y el poder te aísla, te aleja de la realidad. Son chicos que sólo se relacionan con otros de su clase y pasan mucho tiempo solos. Además las familias son un desastre, una pantalla para mostrarse en sociedad. A los hijos los termina criando la mucama que se
acuesta con el padre, pero en realidad son hijos del jardinero que atiende a la esposa, y cosas así –explicó Kevin.
-Eso es una generalización, no siempre es así –protestó Tomás.


-Macaulay Culkin sería uno de esos chicos; no le importaba nada la plata, no entendía nada. El padre lo explotaba, filmaba como cuatro películas por año y la mayoría eran malísimas.
-¿Pero están hablando en serio, boludo? ¿Y las familias que viven con cinco hijos en una pieza y siguen haciendo hijos delante de los otros? –insistió Ricardo.
-Menem decía que iba a gobernar para los niños pobres que tienen hambre, y para los niños ricos que tienen tristeza, ¿Se acuerdan?

-Por eso yo prefiero ser un rico triste –dijo Enrique con cierta satisfacción.

Llegaron a la esquina del Club Universitario. Doblaron. Los carritos de comida ya estaban funcionando. Las hamburguesas completas se hacían con un huevito de codorniz, jamón, queso, lechuga y tomate, le podías agregar pepino y aderezos a gusto. Al súper pancho, papitas fritas. En eso pensaba Enrique. Tomás y Kevin buscaban chicas que estén solas, que caminen solas por esa calle medio oscura, entre los árboles junto al alambrado que daba al patio. Los autos andaban despacio. Ricardo cambió la música.
-Ahora sí.
-Vas a ver que ahora se van subir.
-¡¡Minitas!!
-Con ese pervertido de Michael Jackson era imposible, debían pensar cualquier cosa.

Había un carrito que ofrecía bondiolitas, ni lomo ni hamburguesa, bondiola de cerdo. Desde la calle se veía el patio del boliche, a pesar del frío había mucha gente afuera. Fumaban apretados contra sí mismos. Movían los pies y fumaban. Adentro estaba prohibido. Afuera también había música y luces de colores. Pasaron por la puerta, no había cola.

Mi héroe es la gran bestia pop
que enciende en sueños la vigilia
antes que cuente diez dormirá.

-Los Matados-
Próximamente

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