Palacio del Vino con unas cajas de jugo de uva. Obviamente, en el SUM. Un lugar de exposición, de encuentro, de formación, un espacio de esos que siempre nos andamos quejando que faltan en nuestra ciudad. El miércoles pasé por el Museo y cuando entre al MAC me encontré con una sorpresita; pero mejor empezar por el principio de esta fantástica historia...

Pero todo se precipitó con la vuelta de Benito. Los proyectos, los presupuestos, los debates y el sentido común cayeron en el vacío profundo de los cajones municipales. Y el tema "depósito" se resolvió a lo bruto. Le enchufaron una pared de durloc a la entrada del SUM, y listo. Tenemos depósito. La fuerte inversión en los paneles, la colocación, etc?, se hizo en el marco de un llamativo silencio. Como si no estuvieran muy orgullosos de lo estaban haciendo.
Dicen que, ante las incistentes preguntas de su mujer, que se quejaba porque a ella le gustaba ir a comer canapés en las presentaciones, alguien le explicó "La expresión usos múltiples era muy general, y en realidad no sabiamos para que servía, así que decidimos darle un único uso y ya está, más simple ¿no?"
Este lindo cuentito es un verdadero problema. Un espacio cultural activo no puede convertirse de un día para el otro en un depósito de recuerdos.
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