17 agosto, 2008

Dios nos ama III

Señor Diablo:

Sé que le puede resultar inoportuna esta carta, por eso, antes de empezar quería pedirle que se ponga por un segundo en mi lugar y comprenda que la envío porque realmente no tengo otra opción.

Tengo entendido que no hay día que usted odie más que el domingo; mientras Dios descansa, miles de personas se juntan a hablar pestes de usted y a purgar sus pecados para salvarse de ingresar en su eterno inframundo. Lo entiendo, entiendo que esté de mal humor, puedo comprender que haga “cosas” para evitar semejante vituperio público. Pero tengo la severa sospecha que ha incurrido en un error conmigo y me gustaría aclararlo.

Nunca en mi vida pisé una iglesia un domingo, no tomé la comunión, me bautizaron sin mi consentimiento, ¿Por qué a mí?, y no es que no sepa aceptar una equivocación, todos cometemos errores, pero cuatro domingos consecutivos el mismo chiste, es mucho.

Hoy, por cuarta vez en cuatro semanas, me levanté para ir al trabajo (sí, domingo a la mañana) y me encontré con la rueda trasera de la moto pinchada. No es mi intención molestarlo por nimiedades, pero usted sabrá que estamos en invierno y salir en bicicleta es muy doloroso. Y no sólo eso. Lo peor llega al otro día, cuando me las tengo que ver con el gomero que me habla con el pucho en la boca y un poco más me putea porque no tiene ganas de arreglar una moto (esos y los dentistas merecen ir directo al infierno, si me disculpa el tono peyorativo).

Creo que le estoy dando suficientes razones para que retire el maleficio que pesa sobre mi humilde rorado y se divierta molestando a otra personas (conozco a varias que lo merecen, le puedo hacer una lista, empezaría por el gomero).

Sin más y esperando un poco de clemencia para el próximo domingo, lo saludo atentamente.

Matías

6 comentarios:

Lelé dijo...

Los domingos todos descansan y el infierno hace lo suyo: tal cual. Por algo la mayor cantidad de suicidios ocurren ese día. Cómo le fue en el trabajo?

Matías dijo...

Gracias por pasar, en el trabajo bien, llegué con los dedos congelados, pero bien.

Anónimo dijo...

Los domingos tienen ese no sé qué. Las motos en llanta tienen ese no sé qué. Los gomeros tienen ese no sé qué.
¿El diablo no recibe mails?

Franco P.

Matías dijo...

En la era de la comunicación y la tecnología Dios no tiene un celular para mandarle mensajitos?
Yo que sé. Nuestras divinidades se quedaron en el tiempo.

Anónimo dijo...

ja! ayer lei algo q quizas sea para la ocasión, aunque mas no sea por los personajes involucrados:

segun el dicho "dios aprieta pero no ahorca",
que es lo mismo q decir que el diablo te apoya la puntita pero no la mete.

en fin.
para mi tambien fue tenebroso el domingo. Saludos maestro!

Matías dijo...

Muy bueno Ubach, no crea que me he olvidado de nuestros planes. ya se darán, cuando sea el momento.

Saludos!!