26 agosto, 2008

Los mares de la luna

A veces pienso, que haber tenido a Luis Sagasti como profesor es como haberlo escuchado escribir en voz alta. Un día, en un aula del Normal, intentaba convencernos de que la dicha y la desdicha no existían puras, sin mácula: “Un hombre se gana un crucero por el mundo, diríamos que tiene suerte, pero en mitad del viaje el barco se hunde, entonces ganarse el viaje le arruinó la vida, pero él es el único sobreviviente del accidente, la fortuna lo acompaña, hasta que el helicóptero que lo rescató es secuestrado por terroristas…” y así hasta dejar en claro que la dicha y la desdicha no son cosas de este mundo. Creo que por esos tiempos debía estar escribiendo Los mares de la luna.

El autor piensa que:

Digamos: los atardeceres son más dignos que los mediodías. En literatura, acaso en el arte en general, la ambigüedad es mucho más rica que aquello que se presenta en estado de máxima pureza, sin ningún tipo de pliegue. Cuando en el jazz un pianista improvisa, las teclas fundamentales, las que permite que el tema respire, son las que no toca. Creo que una buena narración funciona de manera análoga.

Ilustracion: Alejo Ubach

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno lo de Sagasti che, pero no encuentro el Pac Man, estoy como loco!!!

Oso de Almafuerte

Matías dijo...

Estimado, hubo problemas técnicos que escapan a mis posibilidades. Intenté remplazarlo por el minigolf... pero no fue lo mismo. Esperaremos a que vuelva a funcionar.