05 mayo, 2007

chicho editor/ parte 2

entrevista a Gustavo López

Apoyo institucional:


Estaría bueno que las instituciones culturales de la ciudad al menos, nos reciban, nos escuchen.

Llevamos muchos años que no tenemos vínculo, desde el gobierno radical y eso me parece una cosa importante para decir en la ciudad. Ya desde el gobierno de Margo tuvimos un problema que se derivó a lo personal y que conspiró contra nuestro proyecto directamente desde la política cultural oficial, de ahí en más no logramos nunca un apoyo y fue justo en el momento en que mas lo hubiese necesitado Vox.

Esto es parte de los pésimos funcionarios de cultura que vamos teniendo y esto es algo que yo quiero marcar puntualmente, no para hacer del tema una batalla sino para intentar un diagnóstico de lo que pasa en nuestra ciudad. Soslayarlo, no dar cuenta del problema que nos atañe de manera tan intensa, es una barrera que a la larga siempre se nos va a ir presentando.

Cierre del espacio Vox:

El espacio en verdad se cerró por falta de apoyo y por que se hacía sumamente pesado mantener los costos, que si bien eran mínimos – hacía falta unos 4000 $ por año, esa era la cifra que solicitabamos como apoyo, nada para lo que era el proyecto - y tambien estas situaciones aceleran el desgaste normal que estas iniciativas tienen con el tiempo. El proyecto podría haber sido un proyecto cultural para la cuidad y para el capital simbólico de la ciudad, en ese sentido Vox es un proyecto trunco. En el momento en que el espacio estaba en su punto máximo, que podríamos haber pensado proyectos para adelante, formar las nuevas generaciones, se derivó todo hacia otro terreno, se generaron otros proyectos. Y esa falta que tenemos nosotros de dar continuidad o unidad a las cosas, en lo que todos fallamos, yo primero, es un problema sustancial de nuestra condición como bahienses, si nosotros podríamos haber saltado ciertas escenas de personalismo Bahía Blanca hubiera tenido las condiciones para convertirse en un polo cultural nacional o internacional aunque parezca grandilocuente…

Criterio de edición y una evaluación de la producción poética actual:

Nosotros salimos de una mirada de la ciudad o de la región para dar una mirada a los textos, nuestra posibilidad de edición está fuertemente condicionada por los textos.

Yo creo íntimamente, y esto es parte de mi campaña personal para ganarme enemigos, que la calidad poética de la ciudad ha descendido, y eso como diagnóstico cultural para la ciudad… no sé porque nadie lo quiere ver… es una opinión desde los textos.

Por allá en la década del 90, decían “Bahía Blanca es la capital de la poesía”, o una frase que yo la escuché de 2 personas diferentes “Bahía Blanca es la ciudad que tiene mayor densidad de poeta bueno por metro cuadrado”. El libro que nosotros editamos “23 chichos bahienses” son 23 poetas que producen textos en un período muy breve y de altísima calidad, cuando alguien lo lee afuera de Bahía Blanca se cae de culo… Y esas son acciones que llevan a pensar como debe ser la producción cultural en la ciudad, con todo lo que irradia y representa en el tiempo.

Quizá sea un diagnóstico equivocado por ahí hay buenos textos y yo no los conozco, o no tengo la capacidad de verlos. Es mi ojo de lector, yo estaba muy metido en los textos de la ciudad, ahora tengo una mirada más abierta, me llegan textos de todo el país, de afuera, y es algo que yo mismo como lector empiezo a producir corrimientos.

Pero incluso el fervor poético que había en ese momento, el clima, eso que se define con la palabra sinergia, una capacidad de pensamiento constante sobre lo que se está produciendo, un tráfico, una lectura permanente del otro que genera una pequeña tradición, cuando eso desaparece incide o repercute en la producción.

También es bueno no pensarlo linealmente, se han dado otras cosas. Termina el proyecto Vox y se abre la cátedra de Sergio Raimondi en la universidad, y para mi más que una cátedra en el sentido académico es una acción cultural fuertemente pujante, el vínculo que tengo con los poetas jóvenes está marcado de manera decisiva por ese genio que tenemos en la ciudad, del que no voy a decir nada nuevo porque todo el mundo sabe su capacidad, capacidad fuertemente festejada a nivel nacional o fuera, ¿Por qué eso no se replica de manera mayoritaria a todo? ¿O por que no es esa la cara visible de la cuidad cuando ahí hay una intensidad de trabajo única? Bueno…

Dentro de todo lo que está pasando creo que la cátedra de Sergio Raimondi es un faro significativo que va a producir y que está produciendo un movimiento geológico y eso en algún momento tendrá un emergente.

1 comentario:

Agustín Eduardo Rodríguez dijo...

otro comentario que va totalmente en paralelo con la nota puesta por el blog.



Sobre la gestión del MBA MAC.
Se fue Betiana Gerardi, la ahora ex directora del MBA-MAC como tantos esperaban. Su gestión se caracterizó por una extraña imposición del no-criterio. Un no-criterio evidenciado en la muestra de Taiwan, Perez Celiz, una Bienal De Arte y una de Dibujo y Pintura del Colegio de Abogados; por nombrar partes que parecen no tener conexión.
La gestión anterior a la de Gerardi( que es la única que creo haber visto con cierta mirada crítica), se caracterizaba por tratar de llegar a algún concepto de arte contemporáneo, que vaya más allá de aquel que dice que “contemporaneos somos todos los que vivimos en un mismo tiempo”. Este último concepto parece haber sido el de Gerardi para entender la contemporaneidad en el arte. Como consecuencia de esto, vemos una bienal en la cual no se evidencia una real preocupación por la realidad del arte en sí, por su ajuste a la contemporaneidad; sino que se ven cuadros unidos por la arbitrariedad, el popurrí.
Este popurrí hizo que gente que anteriormente no tuvo acceso al MBA- MAC (los artistas de la asociación de artistas plásticos, por ejemplo), lo tenga. Acercó al museo a gente que de alguna manera, lo tenía vedado. Esta gente será por estos días, vuelta a desplazar ( por ejemplo, el curso de arte que daba el pintor Horacio Mercanti se va a dejar de realizar en el MAC).
Más allá basarnos en separar la gestión cultural en términos de criterio y no criterio, hay que analizar la cuestión de inclusión y exclusión de artistas en los museos. Es un tema a debatir, el de si es necesario tapar partes de la cultura; y tambien si es posible el hecho de que puedan convivir posturas distintas del arte en un mismo lugar .


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( este te lo estoy mandando ahorita via mail)