29 junio, 2007

Oid mortales: poesía & patria

Estos poemas pertenecen a la contratapa de ría revuelta 9, el comentario viene a continuación


Argentino hasta la muerte

(fragmento)

…en cuanto a vos patria
sí patria a vos te estoy hablando
a vos ésa que está detrás de la palabra
vos che cielo favorito de los cúmulos cielo alambrado por el arco iris
cielo que día a día me revive con su añagaza de luz
cielo que tarde a tarde me asesta su beso plano
cielo que noche a noche me emborracha
vos che tierra que por ahora te dejás estar abajo mío
tierra de las ciudades afrentada de cloacas embozada de asfalto
tierra de los ejidos turbia de cascotitos y fósforos usados y los restos de un sapo
tierra del campo tierra terráquea mejilla de planeta
che patria que volás entre cielo y tierra como pájaro entre sus dos alas
yo te voy a decir lo que necesitás
necesitás muchos hijos insolentes calaveras
generaciones de hijos desalmados
que te quieran que te odien furiosamente
que te tomen como una curva cerradísima
que te tomen como una copa de cicuta
que te tomen la mano la cintura
yo pongo sobre vos y nada más que sobre vos todo mi cuerpo
a esta luz me dieron a esta luz me doy
y bueno soy argentino

César Fernandez Moreno, Argentina (1919 -1985)

A los Gauchos

Raza valerosa y dura
que con pujanza silvestre
dio a la patria en garbo ecuestre
su primitiva escultura.
Una terrible ventura
va a su sacrificio unida,
como despliega la herida
que al toro desfonda el cuello,
en el raudal del degüello
la bandera de la vida (…)

Así salió a rodar tierra
contra el viejo vilipendio,
enarbolando el incendio
como estandarte de guerra.
Mar y cielo, pampa y sierra,
su galope al sueño arranca,
y bien sentada en el anca
que por las cuestas se empina
le sonríe su Argentina
linda y fresca, azul y blanca.


Leopoldo Lugones (de Odas Seculares), Argentina (1874 – 1938)


Marcha Patriótica

Oíd, mortales, el grito sagrado:
¡Libertad, Libertad, Libertad!,
oíd el ruido de rotas cadenas,
ved en trono a la noble igualdad.
Se levanta a la faz de la tierra
una nueva y gloriosa Nación,
coronada su sien de laureles
y a sus plantas rendido un León.

(…) El valiente argentino a las armas
corre ardiendo con brío y valor,
el clarín de la guerra, cual trueno,
en los campos del Sud resonó.
Buenos Aires se pone a la frente
de los pueblos de la ínclita unión,
y con brazos robustos desgarran
al ibérico altivo león.

Parera – Lopez y Planes

Fragmento de la entrevista a Leónidas Lamborghini “El otro lector no sirve para un sorete” de Sergio Raimondi (tomada de www.poesia.com/lamborghini.htm)

Hice un análisis entre comillas de la “Marcha de San Lorenzo”... Primero te miran, y después... No, un momento. Vamos a ver, la precisión. La escena y todo. Porque es un verso dramático que te va contando... Hay toda una épica ahí: “Febo Asoma, ya sus rayos, / iluminan el histórico convento...”. No hay nada para perder ahí... “Oír se deja de corceles...” y no sé cómo dice ahí... De pronto, “y el clarín estridente sonó”. Y es el gran jefe, que da la orden para... marchar. Contra el enemigo. Entonces la otra estrofa viene el enemigo. Lo ven: “Aaaaaavaaaanza el enemigo....”. Pero luego hay una cosa que crea una tensión, porque esto de dar por sabido, como yo te digo, es matador. La tensión se crea porque cuando llegás al final es Cabral el que pesa. El héroe. El jefe es el jefe, pero quedó allá... y resulta que por el sacrificio de Cabral pasa la liberación de todo el continente. Si no moría Cabral, bueno... medio continente se quedaba sin ser liberado... Hay que buscar esos pequeños... Ahí está eso. Si no hay Cabral no había libertad en toda América, o en la parte de América que les tocó. Entonces se crea una tensión ahí, un desequilibrio... Porque... ¿qué? De repente un cabo... ¡Pero si está hecha para la sub-oficialidad la marcha! Creo yo, ¿no es cierto? Sí, el Jefe está allá, pero el que, el del acto heroico, HEROICO, es este pequeño tipo que se llamaba Cabral y que no se sabe siquiera si existió.

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