A prueba de muerte es eso. Un homenaje a las películas de autos y mujeres de los ‘60 y ‘70. Cuenta la historia de un doble de riesgo que se excita acosando y matando a mujeres con su auto. Y nada más. Tiene un gran trabajo de fotografía para que la imagen parezca gastada, por momentos sobre expuesta y con ralladuras en la cinta. Y también se nota un cuidado trabajo de edición que abunda en cortes abruptos y errores de montaje.
Es interesante ver una película donde los dobles son protagonistas. Los que nunca aparecen en los títulos, relegan a estrellas de cine de poca monta a un papel secundario.
Generalmente, Tarantino en sus films hace guiños a películas de bajo presupuesto, en Death Proof el mecanismo pop funciona a la inversa: en esta película Clase B, una de las chicas tiene el ringtone del silbido de Elle Driver en Kill Bill y el auto de Mike es el mismo modelo que el de Vince Vega (John Travolta) en Pulp Fiction.
Si dividimos la película en proporciones, un 90% son diálogos entre mujeres al estilo de la primera secuencia de Perros de la calle y el otro 10% son persecuciones en auto y asesinatos. Sin contar, claro, el baile que se gana el doble Mike por humillar a la morocha, antes de matarla, cuando le dice:
“No hay nada más bello
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