Por Marcelo Diaz para www.abelardos.com.ar
El regreso del miedo, el origen de BatmanOccidente vive bajo el miedo. El terrorismo instaura el estado del miedo. Pero también la inseguridad de las grandes ciudades son el estado del miedo. El nuevo Batman se inscribe en este clima de época.La película de Nolan no tiene la poesía de las dos de Burton, es cierto, pero a cambio nos trae el héroe más humano de la última tanda de películas de superhéroes, y el más cercano al espíritu del cómic, en este caso a otro cómic de Frank Miller: Año uno.Batman begins muestra el peregrinar de Bruce Wayne hasta adquirir las habilidades que le permitirán vencer su miedo y dedicar su vida a combatir el crimen. Su formación ninja y el dilema ético que lo consume ¿justicia o venganza? Sobre esta decisión pivotea la construcción del personaje del futuro Batman. La narración avanza y retrocede y es eficaz en reconstruir lo que sufre Wayne con sus miedos y cómo logra controlarlos. El otro punto sobre el que se apoya la película es precisamente el miedo. Y si se trata de miedo, no hay villano en el universo del murciélago más adecuado que el Espantapájaros.Ciudad Gótica sentirá el miedo, y ese miedo hará que todos se vuelvan contra todos, que se desconfíe del otro. Batman deberá luchar contra sus miedos y contra los de sus conciudadanos. Y no lo hará solo. Este también es un dato novedoso: a Alfred (¿quién mejor que Michael Kane?) se suma Gordon (Gary Oldman haciendo de buen tipo!) y el personaje interpretado por Morgan Freeman, un científico de las empresas Wayne que es el que le provee a Batman todos sus chiches tecnológicos. O sea, un grupo, ya no un héroe solitario (hace tiempo que en el cómic Batman no es un héroe solitario, pero en el cine esto es nuevo).Bale es un Batman digno, humano: un caprichoso engreído como Bruce Wayne y un Batman decidido y atormentado. Impagable la escena en que el Espantapájaros lo prende fuego después de rociarlo con el gas del miedo y Batman llama a Alfred como si tuviera seis años, desprotegido, y a Alfred se le pianta una lágrima paternal mientras lo traslada en el auto, medio intoxicado, medio chamuscado.Mención aparte para las escenas de pelea que afortunadamente no están infectadas por el virus de Matrix: nada de cámara lenta, nada de caminar por el aire ni de ver cómo las gotas de sudor vuelan como si en vez de una pelea fuera el Lago de los Cisnes. Acá las tomas son oscuras, muy cercanas, los golpes apenas se ven venir, la cámara se mueve como si estuviera en medio de la pelea.Neeson hace a su villano de taquito y queda lugar para un esbozo de historia de amor medio diluida con Katie Holmes, fiscal y amiga de la infancia de Wayne.Por supuesto, esto es Hollywood, pero Nolan sabe combinar bien el entretenimiento con un Batman cien por ciento siglo XXI, atormentado, y humano, ante el dilema de cómo entender la justicia (cuando se pide mano dura) y cómo habitar una ciudad sin dejarse ganar por el miedo. Las respuestas no escapan al esquematismo propio del género de superhéroes, pero también es propio del género captar y traducir en acción lo que se respira en el clima opresivo de una época impiadosa como la nuestra.FICHA TÉCNICADirección: Christofer Nolan. Guión: Christofer Nolan y David Goyer. Elenco: Christian Bale, Gary Oldman, Michael Kane, Liam Neeson, Morgan Freeman, Katie Holmes, Ken Watanabe y otros. Duración: 138 minutos. Apta para mayores de 13 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario